Prof. Dr. Antonio Las Heras: “Egipto es conmovedor y desafiante”

El Prof. Dr. Antonio Las Heras en Egipto

Doctor en Psicología Social y magíster en Psicoanálisis, el argentino Antonio Las Heras es filósofo, historiador, escritor e investigador. En esta entrevista concedida a ‘Mobilitynews’, en la que habla de misterios y enigmas, anuncia que está preparando un libro sobre la figura de Jack el Destripador y hace referencia a algunos de los viajes que le han dejado huella, desde Tierra Santa hasta Machu Picchu, la isla de Pascua o Egipto.

La biografía de Antonio Las Heras no se concibe sin los misterios ni los enigmas. ¿Cuándo empezó ese interés por lo desconocido?

Todo comenzó cuando tenía cinco años. En la mañana del 5 de octubre de 1957, mi padre irrumpió en el dormitorio, blandiendo en sus manos el diario La Prensa, diciendo en voz alta: “Antonito, Antonito…, los rusos pusieron un satélite en órbita”.

Aquello marcó mi interés por la astronomía, los viajes espaciales y, por supuesto, los entonces denominados platos voladores. Tanto es así que para mi séptimo cumpleaños pedí que me regalaran un libro de astronomía. Ni mis padres ni mis tíos tenían idea de qué comprar. Al final, me regalaron el libro Elementos de Cosmografía de Florencio Charola, ¡qué fue el que me pidieron en el secundario! Para entonces, ya conocía el texto de memoria.

Apenas ingresé en la escuela primaria, comencé a recortar diarios y guardar las noticias tanto de platos voladores como de satélites artificiales y novedades de astronomía. Si recuerdo bien, a eso de mis 11 años, acompañado por mi tío abuelo Juan Bautista Sebastián Lottero, empecé a acudir a la Asociación Argentina Amigos de la Astronomía, donde hice mis primeras observaciones a través del telescopio y mis primeros cursos del tema.

También fui a las conferencias que daban Cristian Vogt, autor del libro El misterio de los platos voladores, el primero en castellano sobre dicha materia, y el aviador civil Ariel Ciro Rietti, cofundadores de la Comisión Observadora de OVNI (CODOVNI).

Antonio Las Heras es autor de numerosos libros. Y en ellos ha plasmado sus conversaciones con los astronautas estadounidenses que viajaron a la Luna. ¿Qué opinión le merecen quienes, a día de hoy, consideran que Estados Unidos (EEUU) no llegó a nuestro satélite? Si EEUU no hubiese pisado la Luna en 1969, ¿ese fraude habría sido denunciado por la Unión Soviética (URSS) y se habría convertido en un escándalo mundial?

Tanto en mi libro Ovnis, los documentos secretos de los astronautas como en ¿Qué hay detrás de los ovnis? me ocupé de ese asunto. Por supuesto, si los astronautas norteamericanos de las misiones Apolo no hubieran caminado por suelo selenita, los primeros que habrían denunciado el fraude habrían sido los soviéticos.

La URSS fue pionera en la conquista del espacio con el Sputnik 1, el primer satélite artificial, y la puesta en órbita de la perra Laika. Y luego el primer cosmonauta y la primera mujer en el espacio. Siempre llevó la delantera. Pero la hazaña de poner humanos en la Luna fue de EEUU. Es más: pocos días después de aquel histórico 20 de julio de 1969, y ya regresados a la Tierra los tripulantes de la misión Apolo XI, la URSS emitió un comunicado oficial felicitando a EEUU por lo realizado.

No tengo ninguna duda de que aquello fue real. Y tuve ocasión de hablar de ese asunto, en una reunión privada, con el astronauta Edgar Mitchell, integrante de la misión Apolo XIV y sexto hombre en pisar la Luna.

¿A qué conclusión ha llegado sobre el fenómeno OVNI?

OVNI es la abreviatura de objeto volador no identificado. Por lo tanto, no es sinónimo de aparato extraterrestre construido por inteligencias extrahumanas. Cuando se hace el análisis estadístico de las apariciones OVNI, se advierte que un porcentaje son confusiones con fenómenos meteorológicos como nubes lenticulares en zonas de montaña o rayos globulares, entre otros, o con cuestiones astronómicas, como el planeta Venus al atardecer, Júpiter al amanecer, restos de meteoritos, etc.

Y otro tanto sucede con elementos construidos por los humanos. Me refiero a la basura espacial o los satélites artificiales; durante la pandemia hicieron furor las flotillas de satélites de comunicaciones de SpaceX moviéndose sobre el horizonte.

Finalmente, encontramos un porcentaje de lo que denomino Vehículo Extraterrestre Dirigido (VED): «vehículo» al tratarse de un medio de transporte, «extraterrestre» por no haber sido construido por nuestra humanidad y «dirigido» dado que una intencionalidad inteligente lo guía. Eso es lo concreto.

Recientemente, basándose en el ADN encontrado en el chal de una de las víctimas, el investigador Russell Edwards ha concluido que el barbero Aaron Kosminski fue el autor de los crímenes atribuidos a Jack el Destripador en 1888. A tenor de las publicaciones de otros autores que usted ha difundido, ¿cree que el asesino fue un argentino?

Respecto a Jack el Destripador, sobre el cual estoy escribiendo un libro que espero concluir para 2026, continúo con lo investigado y publicado por uno de mis notables maestros, el criminólogo, abogado y parapsicólogo Juan-Jacobo Bajarlía. Para él, el autor de los crímenes cometidos en el barrio londinense de Whitechapel fue un argentino que regresó a la ciudad de Buenos Aires, donde falleció. Según los trabajos de Bajarlía, esta persona se llamaba Alfonso Maduro y se dedicaba a los negocios bursátiles.

Tradicionalmente, hablar de misterios y enigmas ha sido tomado de forma indiferente o incluso despectiva por parte de la sociedad. Pero en los últimos años, parece que esa perspectiva está cambiando. ¿Qué le parece que cada vez haya más divulgadores del misterio en los medios de comunicación e incluso que se promuevan los viajes y el turismo relacionados con el misterio y los enigmas?

Me parece excelente. Es muy importante que cada vez haya más personas dispuestas a difundir, explicar, investigar y aclarar asuntos que durante tanto tiempo han estado bajo el manto de misterios y enigmas, y que se han tomado como cosas poco serias o, directamente, producto de mentes alucinadas o de charlatanes.

Hoy, quien se adentre en esos temas advertirá que queda mucho por resolver. Uno de ellos es cómo aparecimos nosotros, lo que la antropología denomina el hombre moderno. Ya no estoy hablando de temas astronómicos o de física cuántica, sino de nuestra historia. ¡Nuestra historia humana! Hablo de culturas que hicieron construcciones ciclópeas que desafían los conocimientos científicos y tecnológicos actuales, y que desaparecieron de la noche a la mañana. ¿Qué pasó? ¿Por qué se esfumaron repentinamente?

Tomemos el ejemplo de la cultura egipcia. Después de las sorprendentes pirámides, la pirámide escalonada y la esfinge, en lugar de seguir evolucionando, retrocedió. Quinientos años después de Keops, las pirámides eran de muy baja altura y se desplomaban todas. Aquel conocimiento de arquitectura, ingeniería, estudio de suelos…, ¡se perdió completamente!

De todos los viajes que ha realizado Antonio Las Heras en busca del misterio y los enigmas, ¿de cuál guarda un recuerdo especial o más emotivo? ¿Cuál ha sido el viaje que más le ha impactado?

Difícil responder a esas preguntas… Cada lugar tiene algo que hace que uno se lleve un recuerdo especial, por lo general bastante intenso. Ser peregrino en Tierra Santa y haber estado el 24 de diciembre en Belén y el 25 de diciembre en Nazaret conllevó vivencias trascendentes de elevada espiritualidad. En otro orden, están las visitas que hice a la isla de Pascua, en pleno océano Pacífico, la más alejada de todos los continentes. Aquel lugar donde se entraman varias culturas, incluyendo la incaica y la egipcia, hace que la mente revise esos conocimientos anteriores.

Asimismo, cada expedición a Machu Picchu me ha servido para aprender más y descubrir lo que antes no me había sido revelado. ¿Y qué decir de cuándo pude caminar por la isla de Ítaca, en el mar Egeo, donde el mito afirma que fue la residencia de Ulises y Penélope?

Y Egipto es conmovedor y desafiante. Estar al pie de las pirámides, no digamos ya en el interior de la de Keops, implica comprender que hubo tecnologías y conocimientos científicos, hace milenios, que, por alguna razón, luego se esfumaron.

24 de marzo de 2025. Por Bernardo Valadés.

El Dr. Prof. Antonio Las Heras en su despacho