Con sus nueve provincias y más de 94.000 kilómetros cuadrados, Castilla y León ofrece un sinfín de posibilidades a los aficionados de las dos ruedas. Entre los diferentes recorridos propuestos se encuentra la ruta en moto de la Ribera del Duero. Una escapada de fin de semana, dividida en tres etapas, que se inicia en El Burgo de Osma –en la imagen superior– y concluye en Valladolid.
Ruta en moto por la provincia de Soria
Como revela su denominación, a través de esta ruta en moto se propone visitar los principales puntos de interés de la zona que comprende los vinos con denominación de origen Ribera del Duero. Con un recorrido de unos 50 kilómetros, aproximadamente, el primer día consiste en completar un itinerario que comienza y finaliza en El Burgo de Osma.
Partiendo de la localidad soriana, ponemos rumbo a Berlanga de Duero. Rodrigo Díaz de Vivar, popularmente conocido como el Cid Campeador, fue el primer alcalde de esta villa, entre cuyos principales reclamos cabe destacar un castillo de origen árabe reformado en los siglos XV y XVI.
La siguientes paradas son Recuerda, localidad famosa por sus bodegas subterráneas, y Gormaz, otra población con fortaleza de influencias islámicas. Y de nuevo en El Burgo de Osma, merece la pena pasear por el casco urbano de este municipio y degustar algunas de sus exquisiteces, como los famosos harinados o sobones.
Más allá de este bucle, otra interesante opción es acercarse, por la autovía A-11 y la carretera N-122, a Calatañazor. Quien visita este pueblo queda fascinado por sus edificios de piedra, adobe y madera. Un escenario medieval de película junto al que se encuentra un antiguo sabinar con ejemplares que superan los 300 años.
Segunda etapa: rumbo a Peñafiel
Partiendo de El Burgo de Osma, la segunda etapa de la ruta en moto de la Ribera del Duero prosigue por San Esteban de Gormaz, que alberga los restos de una fortaleza musulmana que perteneció a el Cid. Y se despide de tierras sorianas en Langa de Duero, cuyo torreón es el único vestigio que se conserva del castillo que fuese propiedad de don Álvaro de Luna.
Ya en la provincia de Burgos, Peñaranda de Duero nos la da bienvenida y nos invita a conocer su monumental plaza, la fortificación del siglo XI o un museo que refleja cómo eran las farmacias del siglo XVII. Y puestos a reponer fuerzas, Aranda de Duero es un lugar perfecto para aparcar la moto y, moderadamente, degustar uno de sus afamados asados.
Tras estirar las piernas, la ruta continúa por Berlangas de Roa, Roa –sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero– y Mambrilla de Castrejón antes de entrar en la provincia de Valladolid. Una vez en ella, una buena idea es hacer un alto en Curiel de Duero, con dos fortalezas y un interesante museo etnográfico.
Para finalizar la ruta en moto, nada mejor que visitar el majestuoso castillo de Peñafiel, sede del Museo Provincial del Vino. Y también la plaza del Coso, punto neurálgico de la villa que fue creado en la Edad Media para albergar festejos taurinos.
Fin de la ruta: de Peñafiel a Valladolid
Dejando atrás Peñafiel, la última parte de la ruta en moto de la Ribera del Duero nos conduce hasta Valladolid. Por el camino, es recomendable detenerse en Pesquera de Duero para visitar sus yacimientos arqueológicos. Y también San Bernardo, cuya abadía de Santa María de Valbuena es sede permanente de la Fundación Las Edades del Hombre.
La escapada mototurística deja atrás las localidades de Valbuena de Duero, Olivares de Duero, Villabáñez y Renedo. Nos encontramos a las puertas de Valladolid, bañada por los ríos Pisuerga y Esgueva. Y cuyo paseo de Zorrilla bien conocen quienes acuden a la concentración invernal Pingüinos. Pero, como se suele decir, esa es otra historia…
Si te animas a realizar esta ruta y degustar algunos de los vinos de la zona, recuerda que alcohol y conducción son incompatibles. ¡No te la juegues!
21 de abril de 2024. Por Redacción Mobilitynews. Fotos: Turismo de España / Ayuntamiento de Calatañazor / Bernardo Valadés / Turismo de Valladolid.