Maniobrar en un parking y golpear el automóvil contra una columna es una situación bastante habitual que genera malestar y, en ocasiones, también una duda inmediata en el conductor afectado, quien puede llegar a preguntarse si el seguro de coche cubrirá esa clase de percance.
¿En qué consiste la cobertura de Daños Propios?
Exclusiva del Seguro a Todo Riesgo –la modalidad más completa–, la garantía de Daños Propios, como su nombre indica, cubre los daños que un conductor pueda causar a su coche en accidentes con vehículo contrario o sin él.
Se trata de una cobertura muy útil, pues contempla supuestos que abarcan desde un golpe contra una columna al maniobrar en un parking hasta un roce con un bolardo al aparcar en la calle, pasando por los daños causados al automóvil en una salida de la vía o en un accidente en el que la responsabilidad recaiga en el asegurado.
¿Cuándo conviene contratar un Seguro a Todo Riesgo?
En definitiva, el Seguro a Todo Riesgo brinda un plus de protección. Por lo que respecta a cuándo conviene elegir esta modalidad de seguro de coche, los profesionales de la industria aseguradora aconsejan contratarla cuando el automóvil:
- Es nuevo o tiene muy pocos años de antigüedad.
- Se usa frecuentemente.
- Se aparca en la vía pública con asiduidad.
- Se desea estar protegido ante cualquier imprevisto, independientemente de la antigüedad del vehículo.
Seguro a Todo Riesgo: ¿con o sin franquicia?
Sin embargo, en ocasiones algunos conductores optan por otras modalidades de seguro de coche menos completas, pero más económicas, porque consideran que la prima del Seguro a Todo Riesgo es demasiado elevada. Pensando en este tipo de usuarios, las entidades aseguradoras facilitan contratar esta modalidad con o sin franquicia.
En el supuesto de optar por un Seguro a Todo Riesgo con franquicia, el asegurado se compromete a pagar una parte de los gastos de una reparación, determinada en las condiciones particulares de la póliza, en caso de ser responsable de un percance o siniestro. Y si la misma supera la cantidad acordada, el resto es asumido por la compañía. Pero lo mejor es explicarlo con un ejemplo práctico:
- El asegurado y la compañía acuerdan establecer una franquicia de 200 euros.
- Una vez contratado el seguro, el conductor golpea su coche contra la columna de un parking accidentalmente y el taller presupuesta la reparación en 350 euros.
- Eso significa que el asegurado deberá abonar 200 euros al taller.
- Y los 150 euros restantes serán pagados por la aseguradora.
Si un asegurado se considera un conductor experimentado con un perfil de siniestralidad bajo, contratar un Seguro a Todo Riesgo con franquicia es una opción a tener en cuenta, ya que su principal ventaja es que el precio de la póliza es más económico disfrutando del mismo nivel de protección que en un seguro sin franquicia.
Si se opta por un Seguro a Todo Riesgo sin franquicia, la prima es mayor pero la aseguradora cubre el importe total de los daños propios y el asegurado no tiene que afrontar ningún desembolso en su reparación.
En resumen, al incluir la cobertura de Daños Propios, solamente un Seguro a Todo Riesgo –con o sin franquicia– garantiza que una aseguradora cubra un golpe contra la columna de un parking.
1 de diciembre de 2025. Por Redacción Mobilitynews. Ilustración creada con IA con fines editoriales.
