En los años 70 del siglo XX, el director Fernando Navarrete y el presentador Paco Costas –gran divulgador de la Fórmula 1 con el que tuve una magnífica relación– acercaron la seguridad vial a los españoles a través del programa televisivo La segunda oportunidad. Un título perfectamente aplicable a los monoplazas Alfetta 158 y 159 de Alfa Romeo.
Ello es así porque fueron concebidos entre 1937 y 1938 para competir en carreras de voiturettes, bólidos más ligeros que los Alfa Romeo Tipo 308, 312 y 316 de Grand Prix. En el contexto actual, el original Alfetta sería un Fórmula 2. Pero en sus dos versiones (158 y 159) acabó convirtiéndose en uno de los Fórmula 1 más legendarios de la especialidad. Y es que, como los automóviles siniestrados del recordado espacio de Televisión Española, tuvo una segunda oportunidad en 1950 y 1951 que no desaprovechó. Todo lo contrario…
Alfetta 158: diseñado con el apoyo de Scuderia Ferrari
El Alfetta 158 fue diseñado en 1937 por los ingenieros de Alfa Romeo con el apoyo de Scuderia Ferrari. Por su parte, Gioacchino Colombo, jefe del departamento de Diseño de la firma del trébol, se encargó del motor. Con una cilindrada de 1.479 cc, se trataba de un ocho cilindros en línea con compresor de una etapa, carburador de tres cuerpos y doble árbol de levas en cabeza que, originalmente, entregaba una potencia de 195 CV a 7.200 rpm (225 CV a 7.500 vueltas a partir de 1939).
Por su parte, el cambio se montaba en la parte trasera, formando un bloque con el diferencial. Aquel esquema transaxle ocupaba poco espacio y brindaba una distribución óptima del peso entre los dos ejes. Y del ámbito de la competición, Alfa Romeo lo trasladó posteriormente a sus automóviles de producción en serie.
El bautismo de fuego del Alfetta 158 se saldó con un gran resultado: Emilio Villoressi y Clemente Biondetti fueron primero y segundo en la categoría de 1.500 cc, respectivamente, en la Coppa Ciano de 1938. Y la primera etapa de tan exitoso bólido concluyó en el GP de Trípoli de 1940 con la victoria de Giuseppe Farina. La irrupción de la II Guerra Mundial un año antes puso fin a numerosas actividades a lo largo y ancho del planeta. Y, obviamente, las competiciones automovilísticas no fueron una excepción.

De los escondites de la Italia rural a la Fórmula 1
Mientras duró el conflicto bélico, los Alfetta 158 estuvieron escondidos en garajes y graneros de la Italia rural. Y una vez concluida la contienda, regresaron a la fábrica de Portello y se restauraron para que disfrutaran una segunda juventud como monoplazas de Grand Prix. La innovación más significativa se centró en el sistema de combustible, que incluía compresores de dos etapas fabricados por Alfa Romeo. En cuanto a la potencia, ya ascendía a 275 CV.
Así comenzó un particular camino a la gloria que alcanzó su máximo esplendor en 1950. El Alfetta 158 se convirtió en el gran dominador de la primera edición del Mundial de Fórmula 1. Aquella temporada, Giuseppe Farina, Juan Manuel Fangio y Luigi Fagioli se repartieron seis de las siete victorias en juego –no tomaron parte en las 500 Millas de Indianápolis, puntuables para el campeonato–. Y el primero de ellos se alzó con el título con tres puntos de ventaja sobre su compañero argentino.
Alfetta 159: evolución y despedida por la puerta grande
En 1950, el motor de ocho cilindros del Alfetta 158 llegó a entregar 350 CV. Y un año después alcanzó los 450 CV en el Alfetta 159 gracias a un aumento de la sobrealimentación. Estéticamente, el monoplaza de 1951 era muy similar al 158 y se diferenciaba de él en pequeños detalles, como las rejillas laterales y el diseño de la parte trasera de la carrocería.
Aquella temporada, a los mandos del Alfetta 159, Juan Manuel Fangio conquistó el primero de sus cinco títulos mundiales en el GP de España celebrado en Pedralbes (Barcelona). El triunfo del Chueco en nuestro país sería el décimo y último de Alfa Romeo en la categoría reina del automovilismo deportivo. Días después de la prueba, la firma italiana anunció que abandonaba una Fórmula 1 que en 1952 adoptó la reglamentación de la Fórmula 2 para facilitar la entrada de nuevos equipos. Pero, como se suele decir, esa es otra historia…
Fangio: “El Alfetta 159 fue el mejor en su categoría”
Preguntado por el comportamiento y las prestaciones de los dos monoplazas de Alfa Romeo, Juan Manuel Fangio comentó que “el Alfetta 158 presentaba un inconveniente: las ruedas traseras independientes tenían una inclinación negativa acentuada con el depósito lleno y eso me obligó a modificar mi forma de trazar las curvas. Por su parte, el 159 era un gran coche; sin duda, el mejor en su categoría”.
22 de marzo de 2025. Por Bernardo Valadés. Fotos: Alfa Romeo.

