Hablar de sitios en los que has vivido o por los que has pasado es fácil. Pero cuando no has estado en ninguno de los lugares que aparecen en el libro Hacia rutas salvajes y tienes que escribir sobre tu experiencia, esa tarea ya no es tan sencilla; aunque, claro está, Julio Verne nunca viajó al centro de la Tierra ni fue a la Luna y Emilio Salgari jamás estuvo en Borneo, Malasia y la India y escribió Sandokán…
‘Hacia rutas salvajes’: de Atlanta a Alaska
A mediados de agosto de 1992, Chris McCandless fallecía, hambriento y devorado por las alimañas, en el último viaje de su vida. Todo empezó en el verano de 1990, cuando se graduó en una universidad de Atlanta (EEUU). McCandless, feliz por haber llegado al destino que sus padres le habían impuesto de terminar la carrera de Historia y Antropología, dio un giro radical a lo que entonces había sido su vida.
Y lo hizo movido por un deseo de aventuras, de cortar con la vida que había llevado hasta ese momento, de romper los lazos que le ataban a su familia, desilusionado con el materialismo y la superficialidad de la sociedad estadounidense, ávido por conocer nuevas tierras, nuevas gentes que completaran su inacaba existencia.
Así comenzó un viaje iniciático que lo llevó a la muerte. A su cabeza le llamaban la vida nómada, la vida errante, vivir el día a día de un lado a otro, desde Atlanta, pasando por Carthage y cruzando toda Canadá, hasta llegar a Fairbanks y terminar en el interior de un autobús abandonado en la senda de la Estampida, lejos de la civilización y de toda ayuda humana. Andar, viajar constantemente y no acabar nunca…
Cuando un domingo se encontró el cadáver de un joven en un campamento, ubicado en una zona completamente deshabitada, la gente se preguntó qué había ocurrido. ¿Cómo esa persona había llegado hasta allí? ¿Qué la había movido a permanecer en ese sitio tan aislado, intentando vivir de la naturaleza de manera autónoma?
Jon Krakauer: tras las huellas de Chris McCandless
A Jon Krakauer, montañero, periodista y conocido escritor sobre temas de alpinismo, le encargaron escribir, para el número de enero de 1993 de la revista Outside, un artículo de unas 9.000 palabras sobre el descubrimiento del cadáver de un hombre en una región inhóspita de Alaska.
A raíz de ahí, se lanza a averiguar cuál es el motivo que mueve a una persona a viajar y llevar una vida nómada y errante. Y movido por esos interrogantes escribe Into the Wild, traducido al español como Hacia rutas salvajes. No se trata de un libro de viajes al uso: es la llamada que Krakauer sintió en su cabeza cuando tuvo que cubrir la noticia.
Esa inquietud le lleva a mimetizarse con el protagonista del suceso, Chris McCandless, que también lleva incorporado en su personalidad el placer de estar en continuo movimiento y en permanente contacto con la naturaleza. Así se lanza a recorrer todos los lugares por los que McCandless fue pasando. Y a conocer de primera mano todos los individuos y situaciones que experimentó hasta que decidió permanecer en aquel lugar inhóspito de Alaska, viviendo de lo que la naturaleza le podía dar y con muy pocos utensilios de la civilización moderna para poder salir adelante.
Un título imprescindible para los aficionados a los ‘road books’
Hacia rutas salvajes ahonda en la oscura semilla primitiva y ancestral que el hombre lleva en su interior, antes de vivir en las ciudades, en hermosas habitaciones y lujosos hoteles, cuando el hombre todavía andaba desnudo y descalzo intentando protegerse de una naturaleza que lo único que pretendía era extinguirle.
Este es un título que no puede faltar en la biblioteca de los aficionados a los road books, una obra que no dejará frío a ningún lector. Personalmente, me impregnó un sabor amargo y triste por el luctuoso final de la historia. Y porque el texto se inspira en una atmósfera de autodestrucción que inunda todas sus páginas a medida que se avanza en la lectura y que, finalmente, se cumple.
Ficha: Hacia rutas salvajes (Into the Wild, 1996). Autor: Jon Krakauer. Editorial: Penguin Random House Grupo Editorial.
21 de julio de 2024. Por Julián Alarcón ‘Sony’.