‘Hacking’ de automóviles: ¿realidad o ficción?

tablero de instrumentos de un automóvil conectado futurista con un escudo de ciberseguridad

A través de este interesante artículo técnico, Nahum Deavila, director de Ciberseguridad en CIBER-TEC, advierte sobre el riesgo que plantean los vehículos conectados. Y brinda una respuesta a esta interesante pregunta: ¿el ‘hacking’ de automóviles es un asunto que debe tomarse en serio?

En los últimos años, la industria automotriz ha incorporado tecnologías avanzadas que han transformado los vehículos en ecosistemas digitales. Con funciones como sistemas de infoentretenimiento, actualizaciones Over-the-Air (OTA) y conectividad constante, los automóviles modernos son más que máquinas de transporte: son dispositivos tecnológicos diseñados para mejorar la experiencia del conductor y la seguridad vial.

Sin embargo, esta conectividad también representa nuevos riesgos. Los automóviles conectados son ahora objetivos potenciales para ciberataques que pueden comprometer no sólo el vehículo, sino también la privacidad y seguridad de sus propietarios. Estas amenazas, conocidas como car hacking, han sido demostradas por investigadores de ciberseguridad, evidenciando la posibilidad de manipular sistemas críticos como frenos, dirección o aceleración.

El crecimiento de estas vulnerabilidades plantea preguntas urgentes sobre cómo la industria automotriz puede responder a este desafío. Mientras los fabricantes avanzan hacia un futuro más conectado, es esencial explorar las implicaciones de estas amenazas y las medidas que tanto ellos como los usuarios deben tomar para protegerse. Entender la realidad del car hacking no sólo es crucial para la seguridad tecnológica, sino también para garantizar la confianza en los avances que definen la movilidad del futuro.

La posibilidad real de hackear un automóvil

Hackear un automóvil puede parecer una idea sacada de la ciencia ficción, pero la digitalización de los vehículos ha convertido esta posibilidad en una realidad. Los automóviles modernos están equipados con redes complejas de sistemas electrónicos y conexiones externas, como módulos inalámbricos, sistemas de infoentretenimiento y unidades de control electrónico (ECU), diseñados para mejorar la experiencia del usuario. Sin embargo, estas mismas tecnologías pueden ser explotadas por atacantes malintencionados.

Un automóvil promedio contiene más de 100 ECU interconectadas mediante la red CAN Bus (Controller Area Network), responsable de funciones críticas como frenos y dirección. Aunque eficiente, esta red fue diseñada sin consideraciones de ciberseguridad, lo que la convierte en un punto débil. Los atacantes pueden aprovecharse de esto a través de:

  • Acceso físico. Conectando dispositivos al puerto OBD-II, pueden inyectar comandos directamente a la red del vehículo.
  • Ataques remotos. Explotando vulnerabilidades en la conectividad inalámbrica (wifi, Bluetooth).
  • Aplicaciones móviles. Utilizando fallos en aplicaciones asociadas al automóvil para comprometer sistemas críticos.
  • Ataques por radiofrecuencia. Vulnerando sistemas de entrada sin llave con técnicas de relay o replay.

Estas técnicas destacan la creciente necesidad de implementar medidas de ciberseguridad robustas para proteger tanto la integridad del vehículo como la seguridad de sus ocupantes.

un conductor usa la pantalla táctil de apps de su automóvil
Los ciberatacantes se sirven de fallos en las ‘apps’ para comprometer sistemas críticos.

Casos documentados: Jeep y Tesla

Los riesgos asociados con el hacking de automóviles no son teóricos. Investigadores de ciberseguridad han demostrado cómo vulnerabilidades en los sistemas conectados pueden ser explotadas, destacando casos emblemáticos que marcaron un antes y un después en la industria automotriz:

  • Jeep Cherokee (2015). Investigadores lograron acceder remotamente al vehículo a través de una vulnerabilidad en el sistema de infoentretenimiento Uconnect. Una vez dentro, tomaron control de funciones críticas como el acelerador y los frenos e incluso apagaron el motor mientras el automóvil estaba en movimiento. Este caso obligó a Fiat Chrysler a retirar 1,4 millones de vehículos para corregir la falla.
  • Tesla Model S (2016). Un equipo de Keen Security Lab identificó vulnerabilidades en el sistema de navegación del Tesla Model S, logrando controlar remotamente funciones como los frenos y el techo solar. Tesla respondió rápidamente con un parche de software, subrayando la importancia de las actualizaciones regulares para mitigar riesgos.

Estos incidentes resaltan cómo la conectividad, aunque esencial para las innovaciones automotrices, también amplía la superficie de ataque. Sin medidas preventivas robustas, las consecuencias pueden ir más allá de lo económico, afectando directamente a la seguridad de los conductores y el público en general.

Medidas de ciberseguridad en la industria automotriz

Con el aumento de las amenazas cibernéticas, la industria automotriz ha comenzado a integrar ciberseguridad en el diseño y desarrollo de vehículos conectados. Aunque los avances son significativos, la complejidad de los sistemas y la rápida evolución tecnológica presentan desafíos importantes. Entre las estrategias clave adoptadas por los fabricantes se encuentran:

  • Mantener el software actualizado. Instalar las actualizaciones de software proporcionadas por el fabricante, ya sea mediante sistemas Over-the-Air (OTA) o visitas al concesionario, para corregir vulnerabilidades conocidas.
  • Proteger las aplicaciones móviles. Usar contraseñas seguras y habilitar la autenticación en dos pasos en las aplicaciones vinculadas al vehículo.
  • Deshabilitar funciones innecesarias. Si no se usan con frecuencia, desactivar conexiones como wifi o Bluetooth para reducir la superficie de ataque.

Aunque la percepción de riesgo entre los usuarios puede variar, es fundamental que los propietarios asuman un enfoque proactivo en la protección de sus vehículos. Estas medidas no sólo mejoran la seguridad, sino que, además, fomentan una cultura de responsabilidad digital en un entorno automotriz cada vez más conectado.

una mujer interactúa con la instrumentación táctil de su automóvil
Las actualizaciones Over-the-Air son esenciales para reforzar la ciberseguridad.

¿Se debe dar tanta importancia al ‘hacking’ de automóviles?

El hacking de automóviles plantea una pregunta crucial: ¿realmente merece tanta atención frente a otras amenazas cibernéticas? Aunque menos frecuente que ataques como el ransomware o el robo de datos, sus implicaciones son únicas, ya que combinan el impacto digital con consecuencias físicas directas.

A diferencia de otros ciberataques, comprometer un vehículo conectado puede poner en peligro vidas humanas. Manipular remotamente sistemas críticos como frenos o dirección no sólo afecta al conductor, además representa un riesgo para la seguridad pública. Estos escenarios, aunque poco comunes actualmente, tienen el potencial de volverse más frecuentes con la adopción masiva de vehículos autónomos y conectados.

Aunque su prevalencia es baja en comparación con otros riesgos cibernéticos, el hacking de automóviles no debe subestimarse. La industria automotriz tiene la oportunidad de prevenir escenarios catastróficos implementando medidas de seguridad antes de que el problema escale. Priorizar la ciberseguridad automotriz es una inversión en la confianza del consumidor y en la protección de vidas humanas, reforzando el camino hacia un futuro de movilidad segura y confiable. La clave está en actuar preventivamente, asegurando que los avances tecnológicos no comprometan la seguridad que prometen ofrecer.

21 de diciembre de 2024. Por Nahum Deavila, director de Ciberseguridad en CIBER-TEC. Imágenes: Leonardo AI / Newspress.