En los últimos meses se está alertando sobre la estafa de la multa de la DGT. En primera instancia, los ciberdelincuentes se basaron en mensajes de texto (SMS). Pero ahora, tal y como hemos podido constatar en Mobilitynews, también están intentando engañar a los internautas a través de correos electrónicos.
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¿En qué consiste la estafa de la multa de la DGT?
La estafa de la multa de la DGT consiste en el envío de emails que, presumiblemente, tienen su origen en la Dirección General de Tráfico (DGT). Y cuyo asunto intenta hacer creer a los destinatarios que no han pagado una multa al organismo autónomo dependiente del Ministerio del Interior.
Como puede apreciarse en la imagen inferior, el correo electrónico recibido en nuestra Redacción incluye el siguiente encabezado: «DGT: Último recordatorio antes del aumento de su multa pendiente de pago». Y bajo el mismo se insta a pagar con urgencia los 35 euros de la sanción para evitar un recargo y posibles acciones legales.
Al igual que sucede con otros fraudes, en la estafa de la multa de la DGT se apremia a realizar el pago en un plazo de 24 horas. Además, el correo electrónico contiene un botón con el texto «Consulte su expediente» en el que no se debe clicar, pues se corre el riesgo de ser redireccionado a un sitio web malicioso donde los ciberdelincuentes extraen los datos personales y bancarios de sus víctimas.
Consejos para identificar un correo electrónico fraudulento
De cara a prevenir este tipo de fraudes e identificar correos electrónicos fraudulentos, los expertos en ciberseguridad recomiendan poner en práctica los siguientes consejos:
- Comprobar quién es el remitente. Es imprescindible comprobar quién nos envía un email. En el caso de la estafa de la multa de la DGT, el remitente del correo que hemos recibido es puvrb@mbox.contact.8g, que, como queda de manifiesto, nada tiene que ver con la Dirección General de Tráfico.
- Desconfiar de los mensajes urgentes. Los ciberdelincuentes quieren que actuemos con rapidez y, como en este ejemplo, nos incitan a pagar cuanto antes.
- Prestar atención a los errores gramaticales o de formato. Por lo general, los correos legítimos están bien redactados. Por ello, encontrar faltas de ortografía, errores gramaticales o un formato desordenado es una señal de alerta.
- No clicar en enlaces sospechosos. Antes de clicar en un enlace hay que pasar el cursor sobre él para ver a qué URL apunta, pues podría redirigirnos a un sitio web malicioso.
- No facilitar información personal o bancaria. Las empresas, organizaciones e instituciones legítimas nunca piden información personal, datos de tarjetas bancarias o contraseñas por correo electrónico. Si en un email se solicita dicha información, lo más probable es que sea un intento de fraude.
- No descargar ni abrir archivos adjuntos. Si un correo de remitentes desconocidos o inesperados contiene un archivo adjunto, no se debe descargar ni abrir para evitar que nuestro equipo sea infectado.
- Contactar con la empresa, organización o institución. Por último, si se duda de la autenticidad de un email es aconsejable contactar con la empresa, organización o institución a través de las vías de contacto que aparezcan en su página web oficial, no mediante la información proporcionada en el correo.
29 de septiembre de 2024. Por Redacción Mobilitynews. Imágenes: Freepick / Mobilitynews.