‘El fantasma de Baker Street’: pastiche ‘sherlockiano’

Portada del libro El fantasma de Baker Street, de Curtis Garland

A través de uno de los personajes (Paco Foxá), Arturo Pérez-Reverte rinde homenaje a los autores de novelas populares en su libro El problema final. Sin duda, un tributo muy merecido a quienes, sirviéndose de una literatura que no ha tenido el reconocimiento que merece, entretienen a miles de lectores. Y entre esos escritores figura Curtis Garland, autor de El fantasma de Baker Street.

Juan Gallardo Muñoz: del ‘western’ a la ciencia ficción

Detrás de dicho seudónimo –uno de los muchos que utilizó en su trayectoria– se encuentra Juan Gallardo Muñoz (1929-2013). Junto a Marcial Lafuente Estefanía o Corín Tellado, fue uno de los autores que contribuyó a popularizar el género del bolsilibro en España a partir de los años 40 del siglo XX.

Desde entonces, y hasta poco antes de su fallecimiento, la suya se convirtió en una obra prolífica. Tanto es así que se le atribuyen más de 2.000 novelas populares que abarcaron desde historias del Oeste americano hasta la ciencia ficción, pasando por el terror y, como es el caso de El fantasma de Baker Street, las referencias a Sherlock Holmes.

En este sentido, es considerado uno de los impulsores de la mitografía creativa, entendiéndose como tal, según el escritor Alberto López Aroca, una disciplina literaria en la que se plantea toda la ficción como una única realidad. Un universo en el que Sherlock Holmes podría convivir con el capitán Nemo de 20.000 leguas de viaje submarino (Julio Verne) o personajes reales como el neurólogo Sigmund Freud o el inventor Nikola Tesla.

‘El fantasma de Baker Street’: un pastiche que todos los ‘sherlockianos’ deben leer

El género policíaco y detectivesco era el favorito de Juan Gallardo Muñoz. De hecho, su primer bolsilibro (La muerte ajena) estaba basado en él. Y llegó a participar en la elaboración de varios guiones para películas policíacas.

En el caso de El fantasma de Baker Street, se publicó en los años 70 dentro de la colección Servicio secreto de Editorial Bruguera. Y no tiene a Sherlock Holmes como personaje principal, sino a Shylo Harding (obsérvese que sus iniciales son las mismas que las del célebre detective de ficción creado por sir Arthur Conan Doyle).

Se trata de un autor de novelas populares estadounidense que viaja a Londres y visita el famoso museo de Sherlock Holmes en Baker Street. Es allí donde se familiariza con algunos de los casos a los que hubo de enfrentarse un detective real (Shelby Hakes, de nuevo las iniciales S y H) en el siglo XIX. En concreto, tras recibir en su hotel un manuscrito redactado antaño por el compañero de Hakes, el doctor John F. Weston (guiño al doctor John H. Watson, inseparable acompañante de Holmes), Harding revivirá un caso acaecido en 1897: los crímenes del Degollador.

Como habrá podido advertir el lector, Holmes y Watson no son los protagonistas de El fantasma de Baker Street. Pero ello no le resta méritos a una historia representada por personajes con nombres similares a los concebidos por Conan Doyle.

Particularmente, tenía muchas ganas de leer una novela que he disfrutado en formato de libro electrónico y con el que me he estrenado en la vasta creación literaria de Juan Gallardo Muñoz. En definitiva, estamos ante «un pastiche de gran importancia en España, y posiblemente a nivel internacional, debido a una pluma de solvencia más que probada. (…) Los sherlockianos merecen leerlo», sentencia López Aroca en la reseña publicada en su blog Novelas de a duro.

25 de agosto de 2024. Por Bernardo Valadés.

Portada del bolsilibro El fantasma de Baker Street, de Curtis Garland
Portada original de ‘El fantasma de Baker Street’ (edición bolsilibro).