Buick Wildcat II: el ‘otro’ Corvette

Buick Wildcat II de 1954

A principios de los años cincuenta del siglo pasado, General Motors estaba inmersa en varios programas de investigación, entre ellos la fabricación de carrocerías con fibra de vidrio. Este material económico, manejable y ligero se aplicó al prototipo Firebird I y a la primera generación del Corvette, así como a un roadster contemporáneo de ambos: el Buick Wildcat.

Presentación del Buick Wildcat II en la exposición Motorama de 1954

Sus orígenes se remontan a 1951, año en el que apareció el concept XP-300, cuya base sirvió para desarrollar el Wildcat I desvelado en 1953. Tras él llegó una evolución que fue exhibida en la exposición ambulante Motorama de General Motors en 1954 junto al Firebird I, el Pontiac Bonneville Special y los Cadillac El Camino, La Espada y Park Avenue, todos ellos con carrocerías de fibra de vidrio.

En el caso del Wildcat II, tenía una longitud de 4,34 metros y sus aletas delanteras recordaban a las del europeo MG TC, mientras que las traseras eran prácticamente un calco de las del Corvette, al que aventajaba en el apartado mecánico. Así, mientras este último se comercializaba en sus inicios con un motor de seis cilindros en línea, el felino de Buick adoptaba una mecánica V8 que, finalmente, debido a la petición de los clientes, acabó convirtiéndose en un propulsor de referencia en la historia del Chevy.

Volviendo a la del Wildcat II, llegó a lucir la escultura de un gato sobre el capó, un adorno que se acabó desechando para, posiblemente, evitar alguna reclamación de Jaguar. Pero este apunte no deja de ser anecdótico si tenemos en cuenta que el biplaza no pasó de la fase de prototipo, probablemente para no restarle ventas su primo hermano, el emergente Corvette. Una lástima…

5 de mayo de 2024. Por Redacción Mobilitynews. Foto: General Motors.