Hablar del Volkswagen Polo es hacerlo de un utilitario del que se han vendido millones de unidades en todo el mundo desde 1975. Y que debe su éxito al lanzamiento, un año antes, del Audi 50, desarrollado por la firma de los cuatro aros como modelo de acceso a su gama.
Audi 50: sustituto del NSU Prinz
Concretamente, el Audi 50 vio a luz en 1974 tras la denominada crisis del petróleo de 1973, motivada por la decisión de varios países del golfo Pérsico de no exportar petróleo a Occidente. Sin embargo, el fabricante alemán comenzó a trabajar en el proyecto en 1970, bajo la batuta del director técnico Ludwig Kraus, con el objetivo de reemplazar al veterano modelo compacto Prinz de NSU –marca absorbida por Audi-Volkswagen en 1969–.
El diseño exterior del Audi más económico y accesible fue obra de Hartmut Warkuß, quien, con anterioridad, había concebido las líneas maestras del Audi 80. Su nueva creación tenía una longitud de 3,49 metros, carrocería de dos puertas, asientos con respaldos abatibles y, a pesar de sus dimensiones compactas, un gran maletero.
Con tracción delantera, el mini Audi montaba un motor de 1,1 litros dispuesto transversalmente y se comercializó en dos versiones: 50 LS (50 CV y 142 km/h) y 50 GS (60 CV y 152 km/h). Ya en 1977, en la variante más potente se sustituyó el propulsor 1.1 por una mecánica de 1.300 cc.
El Audi 50 se presentó a los medios de comunicación especializados en la isla de Cerdeña (Italia) en el verano de 1974 y llegó a los concesionarios en octubre de aquel año. Y pronto convenció a los automovilistas por su comportamiento dinámico y unas características de conducción muy atractivas.
El Volkswagen Polo toma el relevo
La historia del pequeño Audi llegó a su fin en 1978, llegándose a producir 180.828 unidades en la factoría de Wolfsburgo. Y tres años antes comenzó la andadura de su primo hermano, el Volkswagen Polo, desarrollado sobre la misma base y con una longevidad que llega hasta nuestros días.
25 de abril. Por Redacción Mobilitynews. Fotos: Audi.