¿Qué es la amaxofobia y cómo puede superarse?

un hombre con gafas conduce su automóvil

La amaxofobia o miedo a conducir afecta a un elevado porcentaje de conductores. Por lo tanto, según observan los expertos en esta fobia, se trata de un problema mucho más habitual de lo que nos podría parecer, si bien no todas las personas que lo padecen suelen reconocerlo en público –sobre todo, los hombres–.

Sólo por el hecho de pensar que tienen que ponerse a los mandos de un vehículo, los individuos afectados por amaxofobia pueden sufrir ansiedad y estrés. Además, ante la falta de empatía de otros conductores, las personas con miedo a conducir también pueden llegar a ver mermada su autoestima.

¿Cuáles son las causas de la amaxofobia?

Sin duda, son muchos los conductores que disfrutan conduciendo su automóvil o motocicleta. Por el contrario, algo tan cotidiano como conducir se convierte en una pesadilla para quienes sufren amaxofobia. Pero, ¿cómo se genera ese miedo a conducir? ¿Cuáles son las causas que provocan que un conductor pueda llegar a sentir auténtico pánico antes y durante la conducción? Entre ellas, los expertos destacan estas tres:

Haber sufrido o presenciado un accidente de tráfico

Es la causa más recurrente cuando se habla de amaxofobia, aunque, como veremos a continuación, no la única. En algunos casos, tan desagradable experiencia puede superarse con el transcurrir del tiempo. Pero en otros acabará produciendo miedo a conducir.

No estar lo suficientemente preparado para conducir.

Una de las causas que provoca la aparición de la amaxofobia es la falta de experiencia o pericia en la conducción. Básicamente, aquí encontramos tres grupos de conductores:

  1. Por un lado, el formado por quienes acaban de aprobar el carné de conducir y carecen de la confianza necesaria para circular con seguridad por las vías públicas.
  2. Por otro, el de las personas que notan cómo sus habilidades van a menos debido a su edad o por problemas de salud. Esa inseguridad provoca amaxofobia.
  3. Y, finalmente, el de los conductores que, por distintas razones, siempre han tenido cierto miedo a conducir.

Haber sufrido un ataque de pánico durante la conducción

Uno de los grandes males que padece la sociedad actual es el estrés, que, a su vez, es un factor que aumenta el riesgo de padecer un ataque de pánico. Si este se produce durante la conducción, no es extraño que quien lo sufra pueda llegar a preguntarse: “¿Me sucederá otra vez?”. Una experiencia tan negativa también causa amaxofobia.

Asimismo, entre los motivos que generan amaxofobia se encuentran el miedo a circular por sitios desconocidos o por un determinado tipo de vías, conducir con condiciones climatológicas adversas o con falta de luz, tener una personalidad excesivamente perfeccionista o rígida, el miedo a sufrir un accidente de circulación con niños a bordo, etc.

En cuanto a los síntomas de la amaxofobia, ya hemos hecho referencia al miedo a conducir, el estrés, la ansiedad y la baja autoestima. A los que se deben sumar otros no menos importantes. Entre ellos:

  • Incremento de la actividad cardíaca.
  • Dolor en el pecho.
  • Rigidez muscular.
  • Temblor de brazos y piernas.
  • Sudoración.
  • Mareos.
  • Sensación de aislamiento.
  • Pensamientos catastróficos.

¿Cómo se supera la amaxofobia?

La amaxofobia suele manifestarse en dos grados: extremo y relativo, siendo este último el más habitual. Y según los expertos en la materia, puede tratarse con éxito siempre que se aborde profesionalmente. En el caso que nos ocupa, es preciso ponerse en manos de psicólogos y centros de formación vial que sean capaces de generar confianza y seguridad en quienes tienen miedo a conducir.

Si bien existen distintas vías para atajar el problema, lo habitual es que el proceso sea progresivo y abarque desde una etapa inicial (toma de conciencia) hasta una fase final basada en una exposición progresiva a la conducción.

  • Toma de conciencia. Al igual que sucede con otras fobias, quien padece amaxofobia debe asumirlo, reconocer el problema y, lejos de ocultarlo, acudir a un psicólogo para detectar su origen e intensidad. Solamente así se podrá empezar a establecer un calendario de trabajo.
  • Afrontamiento y control. En esta fase se trabaja en reducir la ansiedad y los pensamientos catastrofistas mediante técnicas de relajación, aumentando así la confianza.
  • Reciclaje. Quien padece amaxofobia ha de ser consciente de los malos hábitos que impiden tener confianza en la conducción y recuperar la autoestima, algo esencial para perder el miedo. Gracias a los avances tecnológicos, los conductores pueden enfrentarse a las situaciones que les producen miedo en escenarios virtuales.
  • Exposición progresiva real. Finalmente, la participación en un curso de conducción segura permite a los afectados poner en práctica todo lo aprendido, de forma gradual, en situaciones reales.

Obviamente, no se trata de una fórmula mágica válida para todos los conductores que padecen amaxofobia. En función de su complejidad, cada caso requerirá un tiempo específico. Pero si existe voluntad por parte del afectado, los expertos aseguran que el miedo, el nerviosismo y la ansiedad acabarán desapareciendo, dando paso al autocontrol y la seguridad en uno mismo.

12 de abril de 2024. Por Redacción Mobilitynews. Foto: Pexels / JÉSHOOTS.